Formación online V: de impartir a narrativa
¿Impartes las clases de la misma forma, en el mismo orden y con las mismas diapos cuando estás en clase y cuando estás online?
Piénsalo, cuando tus alumnos están en clase tienes toda su atención, controlas toda su atmósfera alrededor y todos sus sentidos. Pero cuando están en casa todo cambia. Has perdido el control del 90% de su atención. Ahora no te pertenece, tienes que ganártela. Ahora, tu clase es una pestaña entre una docena, unas pocas pulgadas en todo su campo de visión, en uno de los varios dispositivos que tienen a su alcance, que luchan por su atención. ¿Cómo compensar eso? ¿Cómo mantenerlos enganchados? ¿Cómo reconquistar parte de esa atención?
En la entrega anterior hablamos de cómo una formación en remoto requiere de contenidos distintos por las limitaciones del medio, pero ¿queremos enganchar y seducir a nuestra audiencia?¿Queremos derrotar al resto de pestañas del navegador y a las notificaciones del móvil? Entonces necesitamos más; necesitamos cambiar la manera en que contamos las cosas. Y esto es válido para chavales de 15 años o profesionales de 55. Tenemos que olvidarnos de ‘impartir’ y empezar a ‘narrar’.
Aquí tienes algunas pautas que harán que tus clases online sean mucho más amenas e interesantes, sin perder un ápice de rigor:
No describas, narra
En una clase presencial, el profesor tiende a explicar mediante la causalidad: “pasa X, que provoca Y y desemboca en Z” o mediante la descripción fenomenológica: “Las loquesea se clasifican en tres grupos: grupo X (y lo describe), grupo Y (y lo describe) y grupo Z (y lo describe). Sin embargo, ninguna historia que nos emocione tiene estructuras así.
Las historias, las narrativas, usan mecanismos que juegan con el tiempo, con la incógnita o la sorpresa. Fíjate en los guiones de películas o documentales que más te gusten y verás cómo no siguen esquemas cronológicos estrictos. A menudo modifican el orden de la historia, empezando por el conflicto, saltando al inicio y luego a al resolución. A menudo, además, modifican la duración relativa de cada fase. Un buen ejemplo sería una película que empieza con un accidente de avión a cámara lenta y después salta a 12 horas antes, en el aeropuerto. Estos juegos temporales provocan a los espectadores para que traten de conectar los puntos. No es diferente en una buena presentación.
Integra historias reales
Utiliza anécdotas, casos de estudio y ejemplos de la vida real para ilustrar conceptos teóricos. Las historias reales pueden ayudar a los estudiantes a ver la aplicación práctica de lo que están aprendiendo y a conectar más profundamente con el material.
Crea personajes con los que se puedan identificar
Al desarrollar tus materiales, considera incluir personajes o avatares que representen las ideas, conceptos o roles que tengan lugar en tu formación. Esto puede hacer que los escenarios de aprendizaje sean más relatables y atractivos.
Emplea el poder del conflicto
El conflicto es un elemento esencial de cualquier buena historia. Al presentar problemas, desafíos o dilemas dentro de tus narrativas, estimulas el interés y la curiosidad de los estudiantes. Se sentirán interpelados a analizar y tomar partido, ejerciendo una mirada crítica.
Utiliza múltiples formatos
La narración no tiene que limitarse solo al texto. Los vídeos, podcasts, y las animaciones son medios muy efectivos para contar historias. Estos formatos pueden ayudar a mantener la atención de tus estudiantes y adaptarse a diferentes estilos de aprendizaje.
Da la voz a tus estudiantes
Invita a tus estudiantes a compartir sus propias historias y experiencias relacionadas con el tema de clase. No sólo enriquecerás su aprendizaje sino que fomentarás un grupo más conectado y participativo.
Conecta emocionalmente
Las emociones juegan un papel crucial en el aprendizaje. Las historias que despiertan emociones siempre logran que lo que se ha enseñado sea más memorable. Incorpora elementos que puedan generar alegría, sorpresa, empatía o incluso tensión, para mantener el interés de tus alumnos.
Estructura el contenido como un viaje
Inicio, desarrollo, clímax y conclusión. Esto ayuda a crear una sensación de progreso y desarrollo a lo largo del curso. Y no olvides algo: no tienes por qué seguir un orden secuencial.
Enseñar entreteniendo es uno de los ejercicios más difíciles y valiosos que hay. Aprovecha las miles de historias que ya existen para inspirarte, estúdialas y trata de importar de ellas lo que creas que puede ayudarte.
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Formación online II: espacio percibido y compartido